En el Brasil, un producto muy parecido, excepto por la forma del panecillo, es el 'pão de queijo'.1 Igual al pandebono tiene una textura esponjosa, de baja densidad y se endurece rápido, características que se atribuyen al uso de almidón de yuca fermentado, conocido en el Brasil como 'polvilho azedo', y obtenido en un proceso idéntico al que se emplea en Colombia.
El origen de la denominación no está bien establecido y existen varias versiones más pintorescas que rigurosas:2
Por ejemplo, está aquella que atribuye el origen de la receta y nombre de este amasijo a un panadero italiano que residía en Cali que salía a vender sus panecillos a la calle gritando "pan del bono" (pan del bueno), por su pronunciación italiana, lo que determinó que la gente terminara conociendo popularmente el producto como "pandebono".
Otra versión documentada por Edouard André en "América Equinoccial" publicado en "América Pintoresca" (Barcelona: Montaner y Simon,1884) tomo 3, p. 704, es que había en el camino entre Dagua y Cali un lugar llamado "El Bono" donde se preparó por primera vez este producto que vino a ser identificado, por consiguiente, con el nombre de su lugar de origen.
Otra más atribuye el nombre a una supuesta costumbre en los ingenios de caña de azúcar, en los cuales los corteros recibían a la entrada al trabajo un boleto o 'bono' que valía por un pan y agua que servía como almuerzo. Como el pan era supuestamente llamado el 'pan del bono', se dice popularmente que de allí deriva el nombre.
A la ciudad de Palmira, Valle del Cauca, durante la segunda guerra mundial emigraron muchos italianos y japoneses. Una familia italiana de apellido "Bono" preparaba un pan, que se conocía como el "pan de Bono".
Preparación
Para obtener el almidón de yuca agrio, ingrediente clave que le da el sabor característico al amasijo, se ralla primero la yuca, se lava el rallado para obtener una especie de leche, de la cual se sedimenta el almidón y posteriormente se deja fermentar por unos días. Este proceso se puede observar en fábricas rurales especializadas en Santander de Quilichao, población en el departamento del Cauca al sur de Cali.
Por ejemplo, está aquella que atribuye el origen de la receta y nombre de este amasijo a un panadero italiano que residía en Cali que salía a vender sus panecillos a la calle gritando "pan del bono" (pan del bueno), por su pronunciación italiana, lo que determinó que la gente terminara conociendo popularmente el producto como "pandebono".
Otra versión documentada por Edouard André en "América Equinoccial" publicado en "América Pintoresca" (Barcelona: Montaner y Simon,1884) tomo 3, p. 704, es que había en el camino entre Dagua y Cali un lugar llamado "El Bono" donde se preparó por primera vez este producto que vino a ser identificado, por consiguiente, con el nombre de su lugar de origen.
Otra más atribuye el nombre a una supuesta costumbre en los ingenios de caña de azúcar, en los cuales los corteros recibían a la entrada al trabajo un boleto o 'bono' que valía por un pan y agua que servía como almuerzo. Como el pan era supuestamente llamado el 'pan del bono', se dice popularmente que de allí deriva el nombre.
A la ciudad de Palmira, Valle del Cauca, durante la segunda guerra mundial emigraron muchos italianos y japoneses. Una familia italiana de apellido "Bono" preparaba un pan, que se conocía como el "pan de Bono".
Preparación
Para obtener el almidón de yuca agrio, ingrediente clave que le da el sabor característico al amasijo, se ralla primero la yuca, se lava el rallado para obtener una especie de leche, de la cual se sedimenta el almidón y posteriormente se deja fermentar por unos días. Este proceso se puede observar en fábricas rurales especializadas en Santander de Quilichao, población en el departamento del Cauca al sur de Cali.
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