HISTORIAS GAROTO
Hace poco un compañero de trabajo, recién llegado de Brasil, nos ofreció unos bombones que había traído consigo de su viaje. Unos bombones, hoy en día, no nos llaman la atención ya que los tenemos a mano cada día en los supermercados, pero estos eran especiales. Sobre todo lo que más me llamó la atención fueron los colores del envoltorio y el nombre de cada una de estas delicatessen.
Como soy de naturaleza muy curiosa estuve navegando en la Red siguiendo
el rastro de Garoto, que es la marca de los bombones en cuestión.
Parece ser que el fundador de la fábrica de chocolates fue un inmigrante
alemán, Henrique Meyerfreund, el cual en 1929 comenzó su actividad
comercial en el estado de Espirito Santo fabricando caramelos, y estos
eran vendidos por niños (de ahí el nombre de "garoto" que significa niño
en portugués). Con una inesperada herencia decidió ampliar la empresa y
comprar máquinas para producir chocolates. Parece ser que el negocio le
fue bien, si consideramos que ahora sus productos están posicionados en
todo el planeta.
Tras esta mínima investigación podría haberme dado por satisfecha, pero no fue así. Mi atención y mi mirada se habían centrado en uno de los bombones en especial, el llamado Serenata de Amor. Me pareció un nombre fantástico, tan cursi, tan retro, tan romántico, me vinieron muchas películas a la cabeza y todas en blanco y negro. ¿A qué sabría un bombón con ese nombre? Sin duda debía resultar delicioso... Le hice una fotografía antes de comérmelo, es la que podéis ver en la parte superior.
Por supuesto, también quise saber más sobre Serenata de Amor y descubrí que incluso contaba con un lema propio: "un irresistivel bombom que derrete na boca com um formato diferente para derreter o coraçao de alguém especial".
Tras esta mínima investigación podría haberme dado por satisfecha, pero no fue así. Mi atención y mi mirada se habían centrado en uno de los bombones en especial, el llamado Serenata de Amor. Me pareció un nombre fantástico, tan cursi, tan retro, tan romántico, me vinieron muchas películas a la cabeza y todas en blanco y negro. ¿A qué sabría un bombón con ese nombre? Sin duda debía resultar delicioso... Le hice una fotografía antes de comérmelo, es la que podéis ver en la parte superior.
Por supuesto, también quise saber más sobre Serenata de Amor y descubrí que incluso contaba con un lema propio: "un irresistivel bombom que derrete na boca com um formato diferente para derreter o coraçao de alguém especial".
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