HARINA DE MAIZ
El maíz es un cereal de origen americano, hoy cultivado en todo el mundo. Su harina con una gran variedad de usos en la cocina de todas las regiones del mundo.
La harina de maíz se ha usado como alimento básico en multitud de regiones del mundo. Conocemos bien la fuerte tradición americana que hay alrededor de este grano (en particular en México, Colombia, Perú y Venezuela), pero en otras partes del mundo como África y Europa también se usa con cierta frecuencia.
Testigo de ello es la polenta italiana, hecha a base de esta harina, o los boronos cántabros o el gofio canario.
Se trata de una harina que no contiene gluten por lo que puede ser consumida por los celíacos. Sin embargo, este hecho hace que no se puedan confeccionar panes exclusivamente con ella dado que la ausencia de gluten impide que el pan tenga una consistencia y elasticidad adecuada. Para ello, las tortillas de maíz o panes con maíz suelen llevar siempre otra harina, normalmente de trigo. Sin embargo, es una harina que en presencia de líquido abundante y cocinada adecuadamente da lugar a una pasta muy apreciada en cocina, como puede ser el caso de la polenta italiana o los tamales mexicanos.
La harina de maíz también se usa como harina secundaria (en menor proporción que la harina principal) en rebozos o en masas de pan o tortillas por su sabor característico que gusta mucho.
En el comercio es muy difícil encontrar pura harina de maíz sin que haya pasado por tratamientos previos de refinado o de cocción. Normalmente encontraremos:
Harina precocida: se elabora a partir de grano de maíz cocidos, secados y luego molidos. Es la más usada en todo el mundo.
Harina de maíz pelado: donde el grano se ha sometido a un proceso de eliminación de la cáscara que le quitará parte del color amarillo y de su sabor. En algunas ocasiones se refieren a ella como harina de maíz blanca.
Harina de maíz tostado: es entre otros, el gofio canario.
La harina de maíz tiene una gran facilidad para enranciarse por lo que no deberemos comprar grandes cantidades y una vez abierta, conservarla en un recipiente hermético protegido de la luz.
la harina de maíz tiene similar aporte calórico que la harina de trigo pero posee mayor aporte de grasas saludables, entre los que destacan los ácidos grasos poliinsaturados. Su porcentaje de fibra es muy superior, como así también su contenido en vitaminas del complejo B, por lo que la polenta es una alternativa rica en nutrientes para incorporar en la dieta.
Destaca en la harina de maíz su contenido en vitamina A y carotenos, así como el aporte en ácido fólico.
Es un alimento rico en magnesio, calcio y potasio y dado que su contenido en fibra es elevado y se elabora mediante la hidratación de la harina con agua, aporta gran saciedad y puede ser aún más llenadora que la harina de trigo que usamos habitualmente en la cocina. Además, no contiene gluten y es apta para celíacos.
Es una harina ideal para preparaciones calientes y rápidas, pero muy nutritivas con variadas vitaminas y minerales buenos para el organismo. Su color amarillo es propio de los carotenos que contiene y que aportan grandes propiedades al organismo, ya que colaboran con la vista, la integridad de la piel y contra la oxidación celular.
Si no sabes que cocinar de forma rápida para originar un plato sano y sabroso, la polenta es una gran alternativa rica en nutrientes.
El maíz es un cereal de origen americano, hoy cultivado en todo el mundo. Su harina con una gran variedad de usos en la cocina de todas las regiones del mundo.
La harina de maíz se ha usado como alimento básico en multitud de regiones del mundo. Conocemos bien la fuerte tradición americana que hay alrededor de este grano (en particular en México, Colombia, Perú y Venezuela), pero en otras partes del mundo como África y Europa también se usa con cierta frecuencia.
Testigo de ello es la polenta italiana, hecha a base de esta harina, o los boronos cántabros o el gofio canario.
Se trata de una harina que no contiene gluten por lo que puede ser consumida por los celíacos. Sin embargo, este hecho hace que no se puedan confeccionar panes exclusivamente con ella dado que la ausencia de gluten impide que el pan tenga una consistencia y elasticidad adecuada. Para ello, las tortillas de maíz o panes con maíz suelen llevar siempre otra harina, normalmente de trigo. Sin embargo, es una harina que en presencia de líquido abundante y cocinada adecuadamente da lugar a una pasta muy apreciada en cocina, como puede ser el caso de la polenta italiana o los tamales mexicanos.
La harina de maíz también se usa como harina secundaria (en menor proporción que la harina principal) en rebozos o en masas de pan o tortillas por su sabor característico que gusta mucho.
En el comercio es muy difícil encontrar pura harina de maíz sin que haya pasado por tratamientos previos de refinado o de cocción. Normalmente encontraremos:
Harina precocida: se elabora a partir de grano de maíz cocidos, secados y luego molidos. Es la más usada en todo el mundo.
Harina de maíz pelado: donde el grano se ha sometido a un proceso de eliminación de la cáscara que le quitará parte del color amarillo y de su sabor. En algunas ocasiones se refieren a ella como harina de maíz blanca.
Harina de maíz tostado: es entre otros, el gofio canario.
La harina de maíz tiene una gran facilidad para enranciarse por lo que no deberemos comprar grandes cantidades y una vez abierta, conservarla en un recipiente hermético protegido de la luz.
la harina de maíz tiene similar aporte calórico que la harina de trigo pero posee mayor aporte de grasas saludables, entre los que destacan los ácidos grasos poliinsaturados. Su porcentaje de fibra es muy superior, como así también su contenido en vitaminas del complejo B, por lo que la polenta es una alternativa rica en nutrientes para incorporar en la dieta.
Destaca en la harina de maíz su contenido en vitamina A y carotenos, así como el aporte en ácido fólico.
Es un alimento rico en magnesio, calcio y potasio y dado que su contenido en fibra es elevado y se elabora mediante la hidratación de la harina con agua, aporta gran saciedad y puede ser aún más llenadora que la harina de trigo que usamos habitualmente en la cocina. Además, no contiene gluten y es apta para celíacos.
Es una harina ideal para preparaciones calientes y rápidas, pero muy nutritivas con variadas vitaminas y minerales buenos para el organismo. Su color amarillo es propio de los carotenos que contiene y que aportan grandes propiedades al organismo, ya que colaboran con la vista, la integridad de la piel y contra la oxidación celular.
Si no sabes que cocinar de forma rápida para originar un plato sano y sabroso, la polenta es una gran alternativa rica en nutrientes.
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